Si estás leyendo esto es porque te gustaría aprender a cocinar la pechuga de pollo para que quede más tierna y jugosa. ¡Vamos a darte algunos consejos para que lo consigas! Tienes que sacarle el máximo partido al pollo Pujante y nosotros vamos a echarte una mano con algunas técnicas profesionales de nuestro chef.
Pechugas jugosas al horno
Antes de hacer un horneado de nuestras pechugas vamos a ver uno de nuestros trucos favoritos para obtener un cocinado perfecto con un resultado bien jugoso. Se trata de preparar una salmuera (por cada litro de agua añade 85 gramos de sal). Mete las pechugas media hora y estén preparadas para el cocinado después. ¡Ya las puedes meter en el horno!
Acompáñalas de lo que más te guste, unas especias, unas hierbas aromáticas, pimentón o ajo… ¡Tú elijes! Y termínalas con el horneado y verás cómo quedan, ya no tendrás esa sensación de que quedan secas.
Para servir acompáñalas de unas patatas, unas verduras o una ensalada, ¡comida perfecta y completa!
¿Cómo hacer una buena pechuga a la plancha?
Macerar el pollo con aceite
Otra técnica que nos gusta utilizar para hacer una buena pechuga de pollo a la plancha con mucho sabor es la de macerar. Pon la carne en un recipiente con pimienta en grano (diferentes tipos de pimienta mucho mejor), añade aceite de oliva y un poco de jugo de pollo. Deja macerar durante toda la noche y estará listo.
Macerar el pollo con leche
Meter la pechuga de pollo en leche es un método que han usado mucho nuestras madres y abuelas para aportarle jugosidad. Si te decides por esta opción deja la carne en maceración con leche durante una hora aproximadamente. Después de este tiempo solo tienes que secar con papel y ya puedes freír la pechuga y presentarla con algunas verduras, un acompañamiento con hortalizas o brotes que te gusten. ¡Qué nutritiva y saludable solución para cocinar jugosa la pechuga de pollo!
¡Un truco! Mantén a unos 100 grados de temperatura para que sellen bien todos los jugos y no dejes que se pase, en su punto quedará expecialmente tierna y sabrosa.
Esperamos que te haya gustado y que a partir de ahora pongas en práctica estas técnicas que quizá no conocías para lograr una pechuga de pollo bien jugosa. ¡Que aproveche!