El comienzo seguro: lavado de manos
El primer paso antes de manipular el pollo crudo es lavarse las manos. Este simple acto de higiene puede prevenir la propagación de bacterias y garantizar un entorno de cocina limpio.
La cocción perfecta
Para que el pollo sea un alimento sabroso y seguro, debe estar completamente cocido, alcanzando una temperatura interna de 73.9 °C. Un termómetro de cocina es la herramienta perfecta para garantizar la cocción adecuada y el máximo sabor.
Evitar la contaminación cruzada
La contaminación cruzada puede ocurrir cuando los jugos de pollo crudo entran en contacto con otros alimentos. Para evitar esto, se recomienda usar una tabla de cortar específica para el pollo y lavar todos los utensilios que hayan estado en contacto con él. Nunca laves el pollo crudo bajo el grifo, ya que esto puede esparcir las bacterias.
El almacenamiento adecuado del pollo
El pollo debe refrigerarse o congelarse de inmediato después de comprarlo y siempre debe almacenarse a una temperatura segura. En el refrigerador, la temperatura debe ser de 4 °C o menos, y en el congelador, -18 °C o menos. Nunca dejes el pollo a temperatura ambiente durante más de dos horas. Esto no solo mantiene la frescura y la calidad de la carne, sino que también ayuda a prevenir la propagación de bacterias.
Conclusión
Hemos de tener en cuenta que la seguridad parte del momento en que elegimos el mejor producto en la tienda o carnicería. Por eso, Pujante te garantiza esa frescura, trazabilidad y seguridad en cada fase del proceso de producción, desde la granja hasta tu mesa.
Teniendo lo anterior como base, cocinar pollo de forma segura y sabrosa es un arte que combina conocimientos, técnica y prácticas higiénicas.
Así que, siguiendo estos consejos, no solo podrás disfrutar de un delicioso pollo, sino que también garantizarás la seguridad en tu cocina, con un producto saludable para ti y tu familia.